La historia de Polonia recuerda con honor a un regimiento de caballería que en la II GM realizó la última carga de la historia contra blindados alemanes. Pero ¿es esta leyenda realidad?
Imagen de archivo de caballeros rusos
La
historia guarda un hueco especial para los héroes, pero eso sí, siempre
que sea verdad lo que se cuenta de ellos, ya que en caso contrario
están abocados al olvido. Esto es lo que ha sucedido con uno de los
mitos más famosos de la Segunda Guerra Mundial, el que afirma que una unidad de caballería polaca cargó valerosamente contra decenas de tanques alemanes aún a sabiendas de que iban a ser aniquilados. Algo que, al parecer, es falso.
Este mito comienza el 1 de septiem
bre de 1939, cuando las tropas de Hitler iniciaron un conflicto mundial al invadir a su vecinaPolonia.
Para los nazis las prioridades estaban claras: conquistar en el menor
tiempo posible el territorio haciendo uso de una de las estrategias
militares más revolucionarias hasta la fecha, la ‘blitzkrieg’ o guerra relámpago.
Esta táctica era sencilla y consistía en valerse de su superioridad
tecnológica para sorprender a los enemigos con un asalto llevado a cabo
con todo tipo de vehículos de gran velocidad (blindados o motocicletas).
Sus contrincantes, que no habían visto hasta ese momento una estrategia
como esa, no tenían tiempo de reaccionar antes de ser masacrados.En el ejército polaco la caballería tenía todavía un fuerte papel
Entre los primeros objetivos de los nazis se encontraba el ‘Corredor de Pomerania’, un pequeño territorio cerca del pueblo de Pomorze que, situado en el norte del país, le otorgaba un acceso directo al mar Báltico.
Para Hitler estaba claro: era necesario tomar este pequeño «pasillo»
que le había sido arrebatado al pueblo alemán. Para ello, destinaron
nada menos que al 4º Ejército nazi.
Nuestra historia se sucede en esta zona, en la que el alto mando polaco había afincado dos divisiones de infantería y una brigada de caballería con la intención de evitar la toma de Pomerania por parte de los alemanes.
El mito
Según
el mito, la unidad de jinetes que se encontraba en este territorio,
conocida como Brigada de Caballería «Pomorska», llevó a cabo lo que
sería recordado como uno de los mayores actos de valor de un soldado
durante de la Segunda Guerra Mundial. Según se cuenta, la caballería cargó, lanza y espada en ristre, contra una unidad de tanques alemanes. Estos blindados, conocidos como Panzers, masacraron a los valientes caballeros haciendo valer su superioridad tecnológica.
Además, la leyenda continúa y afirma que la derrota fue tan aplastante que la carga de la «Pomorska» fue la última de la historia,
al menos durante un conflicto militar. Y es que este combate dejó sin
argumentos a los que apoyaban la caballería. Estaba claro, la época del jinete había tocado a su fin.
La realidad
La leyenda habla de valentía y honor pero ¿se produjo realmente esta carga?. Según las declaraciones que el historiador Steven J. Zaloga hace en su libro «La invasión de Polonia: 'Blitzkrieg'», la respuesta está clara: este mito es falso.
Para Zaloga, los hechos se sucedieron de una forma totalmente distinta,
y comenzaron cuando las tropas polacas tuvieron que retirarse hacia el
sur del corredor de Pomerania ante la presencia de un gran contingente
alemán.
Según
explica en sus escritos, contra quién realmente combatió la «Pomorska»
durante la guerra fue una unidad alemana motorizada que contaba con
algunos vehículos, pero no con blindados. «La Brigada de Caballería
‘Pomorska’ libró todo un día de choques con la 20º División de Infantería Motorizada alemana a lo largo del río Brda,
obligando al comandante enemigo a pedir permiso para replegarse ‘ante
una intensa presión de caballería’.», escribe el historiador.
La «Pomorska» no cargó contra blindados
Los
jinetes consiguieron diezmar al regimiento enemigo, pero finalmente la
tecnología dio la victoria a los alemanes cuando varias de sus
autoametralladoras hicieron retirarse a los caballeros. Después del
combate, 20 de los 50 polacos que formaban la unidad de la incursión habían muerto, y entre ellos estaba su comandante. «Al
día siguiente se llevó al lugar corresponsales de guerra italianos y se
les dijo que los jinetes habían cargado contra carros de combate», sentencia el historiador.
Una mentira aprovechada
Zaloga también da las claves de porqué esta mentira fue aceptada tanto por alemanes como por polacos. Y es que ensalzaba la tecnología militar de los nazis a la vez que daba a conocer el valor de la caballería polaca.
«Esta historia se fue magnificando hasta convertirse en parte de la
propaganda alemana y en uno de los mitos más duraderos de la campaña de
Polonia», sentencia el historiador en su libro.
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