Unidad temática
Nro. 4: CONQUISTA Y COLONIZACIÓN DE AMÉRICA
Trabajo Práctico
Nº 21 de Historia y Geografía del 2do Ciclo
Tema: La conquista de América.
La empresa española
La acción conquistadora y colonizadora
emprendida por España comenzó siendo una empresa
privada controlada por el Estado. Los beneficios iniciales no fueron muchos
pero las grandes perspectivas abiertas a partir de los sucesivos descubrimientos obligaron a la Corona a intervenir cada
vez más directamente en los asuntos indianos. En 1508, el rey Fernando de
Aragón (el Católico), reunió en Burgos a una junta de astrónomos, cosmógrafos y
marinos de gran prestigio, como Américo Vespucio, Juan de la Cosa, Vicente Yáñez Pinzón y
Juan Días de Solís. Además crearon los cargos de piloto del reino -que desempeñaron Juan de la Cosa, Pinzón y Solís- y piloto mayor, para el cual se designó a
Vespucio.
La Junta proyectó también un padrón real en el que se anotarían todos los descubrimientos
realizados. Al mismo tiempo, se fijó como meta la búsqueda de una ruta hacia la
tierra de las especias; con ese objeto, en 1508, Pinzón y Solís realizaron
infructuosas expediciones.
Luego de los primeros descubrimientos, la
empresa conquistadora sufrió una transformación, [1]pues
la monarquía hispana -sobre todo en le época de Carlos I- orientó la mayor parte de sus recursos económicos y
militares hacia los asuntos europeos. La conquista de las tierras americanas
fue confiada a particulares, con quienes la Corona firmaba contratos especiales denominados capitulaciones. En las
capitulaciones constaban con claridad
los derechos y obligaciones de las partes contratantes: las sanciones ante el
incumplimiento del contrato; el porcentaje que correspondía a la Corona (generalmente la
quinta parte) sobre el total de las riquezas halladas, etc. El título máximo
otorgado por el rey en las capitulaciones
era el de adelantado. El adelantazgo, era una institución de
origen medieval que se adaptó para resolver el problema que creaba el costo y
los riesgos de las empresas de conquista. El Rey firmaba un contrato
(capitulación) con un particular y le concedía el título de adelantado y el
gobierno de la región que conquistase. El adelantado recibía también amplios
privilegios: participación en las ganancias y rentas del territorio, poder para
nombrar autoridades locales y para distribuir tierras y encomiendas de indios
entre los pobladores; también tenía facultades para administrar justicia[2].
A cambio de esas concesiones, el
adelantado se hacía cargo de todos los gastos de la empresa, de armar los
barcos y reclutar la gente.
El adelantazgo, como institución
americana, nace y muere en el siglo XVI (dieciséis). Las leyendas tejidas en
torno de las Indias impulsaron a muchos hombres - a veces con la financiación
de comerciantes- a arriesgar grandes fortunas en empresas que, además de
peligrosas, solía resultar improductivas. Útiles instrumentos para la Corona en la primera etapa
de la conquista, los adelantados fueron vistos como una amenaza para el podes
real cuando se consolidó el dominio español en las nuevas tierras. Los
conquistadores dotados de amplios poderes, a menudo, actuaron por su cuenta,
llegando, en algunos casos, a desafiar a la autoridad metropolitana (española)
y convertirse en caudillos autoritarios de sus partidarios y/o reclutados. En
la segunda mitad del siglo XVI (dieciséis) se suprimió paulatinamente el
sistema y se reemplazó a los adelantados por funcionarios a sueldo, con
mandatos limitados en el tiempo y poderes restringidos.
El
conquistador español: un arquetipo de su tiempo
Típico hombre de su tiempo, el conquistador buscó en la peligrosa
aventura, el botín que lo enriqueciera. Tenaz, indisciplinado, valiente y
orgulloso, llegó a América con las experiencias adquiridas en su patria en la
lucha contra los moros o en las campañas o en las campañas militares en Italia,
las cuales le dieron la suficiente preparación militar asentada en un
inocultable culto al valor personal. Cumplía con dos condiciones: era un
cristiano fervoroso, alentado en ocasiones por un espíritu de cruzada, y un
respetuoso súbdito de la monarquía, ambos aspectos conformaban el símbolo de la
nacionalidad española de los primeros siglos de la Edad Moderna. No recibía
salario; pero se le aseguraba la participación en los beneficios o en el botín.
La
conquista europea de América
A lo largo del siglo XVI (dieciséis), la
expansión europea por los mares del mundo llegó a las costas americanas y se
internó en el continente. Este proceso tuvo fundamentales consecuencias para
los pobladores originales de América., para la sociedad europea de la época y
para las relaciones económicas a nivel mundial.
El choque de estas dos civilizaciones
produjo grandes sufrimientos para los americanos. Tras una primera etapa en la
que el contacto se caracterizó por la hostilidad y la guerra abierta, los
europeos resultaron vencedores. A partir de entonces, se desarrollaron nuevos
modos de organización mediante los cuales los americanos serían explotados por
sus vencedores. Se impusieron las ideas europeas y la religión cristiana sobre
las formas de las civilizaciones americanas de entender el mundo. Los
originales dueños de la región fueron sometidos a las formas de organización
política europeas.
En los dos siglos que siguieron a la
conquista, toneladas de bienes y metales preciosos realizaron el viaje de
America a Europa. Este desplazamiento no siempre era producto del intercambio:
en el caso de los metales preciosos, buena parte de la exportación llegaba a
Europa como tributo de las sociedades ahora dominadas por los europeos. En
cualquier caso, esto modificó también las costumbres europeas introduciendo
nuevos hábitos como el consumo de tabaco y papa.
Es necesario explicar por qué pequeños
grupos de hombres que no conocían el territorio vencieron a grandes
civilizaciones que por siglos dominaron la región. En primer lugar, los
europeos contaban con una gran superioridad militar, gracias a las armas de
fuego, el uso del caballo y a la estrategia[3].
En segundo lugar, los europeos eran portadores de enfermedades desconocidas en
América que diezmaron a la población. Finalmente, los europeos tenían otra
ventaja cultural importante: eran ellos quienes habían provocado el contacto y
dominaban estrategias para aparecer ante los americanos como más fuertes de lo
que eran. Utilizaron en beneficio propio las leyendas y supersticiones de los
indígenas y contaron con el apoyo de algunas tribus que consideraron que los
españoles, eran un buen medio para liberarse de los imperios locales que los
sometían hasta entonces; incluso las luchas internas que padecían los propios
imperios indígenas o sus aliados, también fueron utilizadas estratégicamente
por los invasores europeos en su favor.
La
conquista de México
La conquista de México fue organizada por el gobernador Diego Velazquez. El 10 de febrero de
1519 partió una expedición desde la isla al mando de Hernán Cortés, antiguo secretario de Velazquez e integrante de las
tropas que habían participado de la conquista de Santo Domingo y Cuba. Los
españoles conocían la existencia de la civilización
azteca y se propusieron llegar hasta su capital. Luego de recorrer las
costas de Yucatán y de someter a un grupo de indígenas que intentó impedir el
avance de las fuerzas expedicionarias, Cortés fundó una ciudad, que denominó Villa Rica de la Veracruz. Inmediatamente estableció un cabildo y se hizo nombrar capitán
general y justicia. Con ello desafió la autoridad de Velazquez, quién no le
había confiado tales atribuciones.
Pintura realizada hacia fines del siglo XVIII en la que se representa eñ primer encuentro entre Cortés y los enviados del emperador azteca Moctezuma en Veracruz
A medida que Cortés avanzaba hacia Tenochtitlán estableció alianzas con pueblos enemigos de los aztecas, que le brindaron alimentos para su tropa y le proporcionaron fuerzas militares. Finalmente, el 8 de noviembre de 1519 el ejército conquistador entró en Tenochtitlán. Los españoles, asombrados por la belleza y la riqueza de la ciudad, fueron recibidos por el gobernador Moctezuma, quién los hizo partícipes de un importante ceremonial. El gobernante azteca ofreció alojamiento a Cortés y lo trató amistosamente, pero éste no tardó en tomarlo prisionero al advertir la veneración religiosa de la que era objeto por su pueblo y poder utilizarla a favor de la conquista.
Hernán Cortés (1485-1547)
Diego Velazquez -molesto con Cortés porque éste había tomado decisiones sin su aprobación- mandó fuerzas militares con el fin de detenerlo. Para enfrentar a las tropas, Cortés debió abandonar por un corto tiempo Tenochtitlán. El combate fue muy breve y terminó con la victoria de Cortés, que regresó a Tenochtitlán. Allí comprobó que en su ausencia se habían producido algunos cambios: los aztecas estaban dispuestos a expulsar a los españoles y, además, habían desplazado a Moctezuma y habían elegido a un primo de éste como jefe. Como resultado de un primer enfrentamiento, Moctezuma fue muerto de una pedrada. En la noche del 30 de junio de 1520, recordada posteriormente como la “noche triste”, Cortés ordenó la retirada de la ciudad de las fuerzas expedicionarias, en medio del ataque de los indígenas. Tras sufrir muchas pérdidas humanas dentro de su ejército, el jefe español se refugió en Tlaxcala, donde preparó un plan para reconquistar Tenochtitlán. Luego de disciplinar a su tropa y tras construir unos bergantines[4] que le permitieron rodear en núcleo urbano de la capital azteca, Cortés inició el sitio de la ciudad. Los indígenas resistieron varios días, a pesar de que los españoles les cortaron el suministro de agua y los atacaron repetidas veces. Finalmente, el 13 de agosto de 1521 Tenochtitlán se rindió a los invasores. Cortés tomó prisionero a Cuauhtécmoc, último gobernante azteca, y, posteriormente, el emperador Carlos I lo nombró gobernador y capitán general de la Nueva España. La antigua capital del imperio azteca fue la base de nuevas expediciones de conquista y asentamiento.
El botín que los españoles obtuvieron de
la conquista del imperio azteca no bastó
para cumplir las expectativas de los soldados españoles. Con este primer
ejemplo de conquista, quedó claro que no habría oro suficiente en América para
satisfacer las ambiciones de España y de los conquistadores, y que iba a ser
necesario extraer las riquezas de América de otra manera: ocupando territorios y explotando la fuerza de trabajo aborigen.
La
conquista del Perú
La conquista del Perú estuvo dirigida y organizada por Francisco Pizarro desde Panamá. Las
tropas partieron en 1530. Al llegar a tierra firme, Pizarro decidió dirigirse
hacia Cajamarca, dónde se encontraba el Inca Atahualpa. Este último había ascendido al trono hacía muy poco,
luego de una violenta disputa sucesoria frente a su hermano Huáscar.
Francisco Pizarro González (1478-1541)
Atahualpa accedió a entrevistarse con los
conquistadores en Cajamarca, pero fue tomado prisionero. Para garantizar su
vida y su libertad, les ofreció un rescate en oro y plata. A pesar de que el
inca cumplió con lo acordado, fue ejecutado brutalmente por los españoles, que
saquearon Cajamarca. Pizarro nombró entonces como nuevo Inca a Túpac Hualpa, y prosiguió su camino
hacia Cuzco. Sin embargo, en ausencia de Pizarro, el recién llegado al trono
fue asesinado, supuestamente por seguidores de Atahualpa. En su lugar, Pizarro
designó a Manco Inca.
Una vez en Cuzco, el jefe de la expedición
española organizó la gobernación de Nueva
Castilla y fundó su capital en Lima, sobre la costa del Perú. Cuando Manco
Inca se enteró de los proyectos de los conquistadores, se rebeló contra ellos.
Organizó un ejército con la ayuda de los curacas aliados y sitió la ciudad de
Cuzco. Pero este cerco no pudo ser mantenido por mucho tiempo. Los españoles
lograron consolidar su poder en Lima y, más tarde, dominar nuevamente la ciudad
de Cuzco. Manco Inca se retiró a Vilcabamba, desde donde mantuvo una fuerte
resistencia.
En 1542, la Corona española sancionó
las Leyes Nuevas, por las que se creó el Virreinato
del Perú, y así logró garantizar el control de la región. De este modo, se
eliminaron las antiguas gobernaciones y se buscó limitar las prerrogativas de
los españoles llamados encomenderos, que tenían a su cargo un grupo de
indígenas a los que les cobraban tributos. Ello suscitó enfrentamientos, que llevaron
a la muerte a muchos peninsulares y nativos. Finalmente, en 1554 la Corona española logró
imponerse sobre los conquistadores.
La
conquista del territorio argentino
Mientras Hernán Cortés concretaba la
conquista de los aztecas, enviados de la corona, como Fernando de Magallanes y
Juan Díaz de Solís, comenzaban a tomar contacto con el que luego sería el
territorio argentino: buscaban un paso que comunicara al océano Atlántico con
el océano Pacífico. En 1536, una expedición encabezada por Pedro de Mendoza fundó la ciudad de Buenos Aires. El objetivo principal era la búsqueda de riquezas
similares a las encontradas en México y Perú. Surgió un mito según el cual
avanzando desde el Río de la
Plata hacia el norte se llegaría a una “sierra de la plata” de una riqueza insospechada. Además, se buscaba
contener el avance portugués desde Brasil sobre el territorio americano. La
ciudad fundada por Mendoza duró poco, puesto que la hostilidad indígena hizo
más tentadora la ocupación de Asunción (Paraguay). Solo en 1580 Juan de Garay refundó la ciudad, que
pronto sería una de las más importantes de América del Sur durante la colonia.
A partir de entonces, se concentrarían tres líneas principales de la conquista
y colonización del territorio interior: una que avanzaba desde Chile y a partir
de la cual se fundaron las ciudades cuyanas (Mendoza, Sn Luis y San Juan); otra
que provenía del Perú y que dio lugar a la fundación de las ciudades del
noroeste (Salta, Santiago del Estero, La Rioja, entre otras), y finalmente la surgida
desde Buenos Aires (Asunción, Corrientes, entre otras).
Segunda fundación el 11 de junio de 1580 por Juan de Garay.
En la primera fundación Pedro de Mendoza llamó al lugar Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre para cumplir la promesa que hiciera a la Patrona de los Navegantes que se hallaba en la Cofradía de los Mareantes de Triana y de la que él era miembro. En la segunda fundación, Juan de Garay le da al nuevo asentamiento el nombre de Ciudad de la Trinidad.
La razón sería que la festividad más importante cercana a la fecha
había sido la de la Trinidad o, según algunos historiadores, porque la
nave ancló el día de dicha festividad. Pero al puerto le dio el nombre
de Puerto de Santa María de los Buenos Ayres.
La
primera economía colonial
La búsqueda de metales preciosos fue el
gran incentivo que llevó a los colonizadores españoles a explorar en el
territorio americano. La intención de los monarcas era conseguir una fuente de
riquezas continua. Sin embargo, aunque la plata y el oro americanos fluyeron
hacia España en inmensas cantidades, pronto se advirtió que no eran recursos
inagotables; en pocos años la obtención de estos recursos requirió de más
esfuerzo y cantidad de mano de obra. Este hecho desembocó en la explotación del
trabajo indígena en diversas actividades. Se lo utilizó para obtener metales
preciosos de diversos yacimientos y para la realización de actividades
agrícolas cuyos productos eran destinados, principalmente, al consumo de los
españoles asentados en tierras americanas.
Actividad:
1)- ¿Qué carácter
poseía la empresa conquistadora y colonizadora española?
2)- ¿En contexto
surge la institución del adelantazgo y qué características adoptaba la misma?
¿Por que dejó de aplicarse y por que tipo de organización fue reemplazada?
3)- ¿Qué tipo de
bienes americanos fueron hacia Europa en los siglos XVI y XVII, como se
obtuvieron y que consecuencias produjeron en el viejo continente?
4)- ¿Qué diferentes
recursos utilizaron los españoles para someter a los imperios indígenas, a
pesar de la importante desventaja numérica?
5)- Construya tres
breves relatos con: los hechos más importantes, protagonistas, lugares y
consecuencias de la conquista de México, Perú y el Río de la Plata
6) ¿Cuál fue la
principal motivación que llevó a los conquistadores a explorar el territorio
americano?
Trabajo Práctico
Nº 22 de Historia y Geografía del 2do Ciclo
Tema: El holocausto indígena
La catástrofe
demográfica
La conquista de América transformó por
completo las formas de vida de los aborígenes y reorganizó el espacio americano
en términos políticos, económicos, sociales y ambientales. Además, fue la causa
del exterminio de millones de americanos. Una situación de estas
características, en que la población se reduce drásticamente en muy poco tempo,
se conoce como catástrofe demográfica.
En la actualidad, la magnitud de las
pérdidas humanas es motivo de discusiones debido a que no existen datos fiables
para estimar cuantos habitantes había en América antes de la llegada de Colón.
Los cálculos más cautelosos indican que la población americana alcanzó un
máximo de entre 10 y 20 millones de
habitantes hacia fines del siglo XV (quince). Otros estudios señalan que, en
esa época, había alrededor de 120 millones de americanos; para la mayoría de
los historiadores actuales, esa cifra es exagerada. Es probable que el cálculo
más realista sea el que considera que había
alrededor de 60 millones de indígenas americanos.
El impacto de la conquista sobre las
sociedades indígenas fue bruta: hacia fines del siglo XVI (dieciséis), cien
años después de la llegada de los españoles, la población autóctona americana
se había reducido alrededor de 80% y muchas etnias se habían extinguido.
Causas de la mortalidad
Las causas del colapso demográfico fueron
varias. Sin duda, el principal motivo fue la entrada en el continente de
enfermedades que provocan grandes epidemias.
El paludismo, la viruela, el cólera, el sarampión, el tifus, la malaria, la
gripe, entre otras, eran enfermedades desconocidas en América. El sistema
inmunológico de los indígenas, que habían vivido en aislamiento respecto de los
otros continentes, no estaba preparado para defenderse de las enfermedades.
Las epidemias se propagaron rápidamente;
en ocasiones, cuando los ejércitos españoles llegaban a un nuevo poblado, este
ya había sido desvastado por las enfermedades. Una de las que más incidencia
tuvo fue la viruela, que llegó a matar hasta a la mitad de la población en
algunas etnias, en especial en regiones tropicales y subtropicales.
Otros factores contribuyeron a la
catástrofe demográfica. Muchos indígenas murieron en las batallas contra los españoles o por exceso del trabajo en las minas o en la producción agrícola.
Además, la destrucción de los sistemas económicos de los nativos provocó una deficiencia alimentaria severa.
Finalmente, como suele ocurrir ante cualquier catástrofe, la conquista provocó
que descendiera la natalidad entre los aborígenes.
A la destrucción física por la violencia,
los trabajos forzados y las nuevas enfermedades, se agregaba la ruptura de la estructura social a la
que los indígenas estaban acostumbrados y consideraban propia: sus prácticas
culturales, sus formas religiosas y, en general, el modo en el que se concebían
el tiempo y la vida.
La destrucción del orden social indígena
fue seguida, a su vez, por la liquidación
psicológica. El dominio impuesto por los blancos, dejaba muy poco lugar
para la práctica de aquel modo de vida propio, reprimido por los europeos, y
para la esperanza de un retorno a los tiempos antiguos, con el que los
indígenas soñaron, en vano, largamente luego de la conquista.
Situación social de los indígenas: encomienda, mita y yanaconazgo
Desde su llegada a América, Cristóbal
Colón pensó en aprovechar a los indios como mano de obra servil. Sin embargo,
los Reyes Católicos prohibieron que se los sometiera a la esclavitud; se los
consideró sometidos a una situación legal similar a la de “menores de edad”,
tutelados por las autoridades, y solo se autorizó la esclavitud en caso de “guerra justa”. Las guerras emprendidas
por monarcas cristianos contra miembros de otras confesiones religiosas
(llamados “infieles” en el lenguaje de la época) eran consideradas “Guerras Justas”[5].
Se consideraba como tal a la emprendida contra las tribus que, una vez instadas
a acatar lo que los españoles consideraban autoridades legítimas, no aceptaran
ese mandato. En 1512 el jurista Juan López de Palacios Rubios redactó un
documento para ser leído y traducido a la lengua de los naturales de Indias,
conocido como Requerimiento que,
precisamente, requería de los indios su sumisión a la Corona y la aceptación de la Fe católica[6].
Si los indígenas no aceptaban los términos del Requerimiento, se los amenazaba
con la guerra justa que los
sujetaría a la obediencia de los conquistadores.
Este procedimiento -generalmente no
comprendido por los indígenas- dio pie a diversos abusos y muchos, como los
eclesiásticos Antonio de Montesinos y Bartolomé de las Casas, se alzaron en
denuncias contra él. El sistema cayó en desuso al promediar el siglo XVI
(dieciséis), imponiéndose una legislación
protectora, aun cuando en la
práctica siguió subsistiendo la acción dominante del colonizador europeo.
La necesidad de utilizar a los indios para
el trabajo impulsó su repartimiento en
encomiendas:
La encomienda fue una institución nacida
en las Antillas en los primeros tiempos de la conquista; se entregaban a los
colonos españoles grupos de indígenas y, a cambio de su trabajo manual, debían
cumplir con la obligación de alimentarlos, vestirlos e instruirlos en la fe
católica, preocupación constante de la Corona española.
En la práctica, las obligaciones del
régimen de encomiendas fijadas por la legislación no fueron cumplidas, pues, en
los hechos, muchas veces se impuso la autoridad arbitraria del encomendero.
La evangelización
de los indios fue concretada a través de la acción de numerosos misioneros,
pertenecientes a diferentes órdenes religiosas, y la acción del clero en tal
sentido, fue apoyada y sostenida por las autoridades. Al mismo tiempo, la Corona española se preocupó
por evitar la introducción de otros cultos religiosos -protestantes- en sus
dominios americanos. Los españoles también adoptaron otros sistemas, además del
de la encomienda, para obtener de los indios la prestación de determinados
servicios; tal el caso de la mita y
el yanaconazgo.
La mita (palabra de origen quechua que
significa “turno”) era una
institución de origen incaico adoptada por los españoles. Existieron mitas
pastoriles, de correos, de transporte, de labores rurales, etc.; pero la más
importante -y la que imponía más duras condiciones de trabajo - era la mita minera que debía cumplirse durante 10 meses. Los indígenas eran
sorteados para cumplir un turno de obligaciones
en las minas, lo que provocó gran mortandad de indios. El yanaconazgo afectaba
a los indígenas que habían opuesto resistencia a la acción de los españoles. En
general sus tareas eran agrícolas y quien lo padecía estaba sujeto a la tierra
que trabajaba, según un régimen muy parecido al del siervo feudal.
En los primeros tiempos de la colonia el
mestizaje era frecuente, con el tiempo la Corona desalentó los matrimonios mixtos
-españoles e indias- y procuró en muchas regiones separar a los indios del
contacto con los pobladores blancos, evitando influencias que las autoridades
consideraban dañosas para su moral.
En la sociedad
estratificada de la época colonial, el indio y el mestizo de indio y blanco
ocupaban un lugar subalterno con los blancos.
Minas y haciendas
En 1573, el virrey del Perú, Toledo,
decidió continuar utilizando la mita inca para proveer de trabajadores a los
nuevos centros mineros, en particular, las minas del cerro de Potosí.
Según lo dispuesto por el virrey, los
poblados indígenas del Alto Perú debían enviar la séptima parte de todos los
varones de entre 18 y 50 años a trabajar a la mina por un período de un año. De
acuerdo con la organización prevista, los mitayos que llegaban a la mina
trabajaban una semana y descansaban dos, en turnos rotativos. En la práctica,
los administradores y mineros españoles abusaban de este sistema de trabajo y
no respetaron los períodos de descanso indicados[7].
Entre los incas, antes de la llegada del
español, los turnos de trabajo rotativos de los mitayos contribuían al sistema
de redistribución que beneficiaba a toda la comunidad. En cambio, luego de la
conquista, la mita española se
realizó en provecho exclusivo de los conquistadores españoles. Esta pesada
carga laboral, realizada en condiciones de trabajo insalubres, provocó la
muerte de miles de aborígenes y la huída de muchos otros.
La puesta en producción de un centro
minero generaba un gran movimiento de recursos económicos, tanto en la propia
mina como en otras zonas periféricas vecinas. La producción de plata consistía
en la extracción del mineral, y luego, en el refinamiento del metal. Este
proceso productivo requería inversión de capitales para la compra de
maquinarias y la construcción de obras hidráulicas, la movilización de gran
número de trabajadores y la provisión de materias primas y alimentos para todos
los que vivían en el centro minero.
Hacia 1570, en Potosí vivían alrededor de
120 mil personas. Esta importante concentración de población, muy superior a la
de casi todas las ciudades europeas de la época, requirió la organización de
centros de producción agrícola y ganadera para su abastecimiento. Los
alimentos, vestimentas, materiales de construcción y animales de carga que se
utilizaban en Potosí provenían, en su mayor parte, de las estancias[8]
o haciendas[9]
situadas en el Tucumán, nombre con el que se designaba a los territorios
situados en el noroeste del actual territorio argentino, desde Córdoba hasta
Jujuy.
Los hacendados y/o estancieros combinaron
diferentes sistemas de trabajo en el interior de las unidades productivas.
Cuando los propietarios de una hacienda o una estancia eran, además,
encomenderos[10].
Desde fines del siglo XVI (dieciséis), la
creciente mortandad registrada entre la población indígena obligó a los
españoles propietarios de estancias y de permisos para explotar una mina a
emplear, cada vez más, trabajadores asalariados y esclavos importados de
África.
Hacia 1650, la producción de plata del
cerro de Potosí comenzó a decaer y, en consecuencia, el sistema económico
existente se desorganizó. Desde entonces, la producción agrícola tuvo cada vez
más importancia y la propiedad de la tierra se convirtió en la principal fuente
de riqueza.
Tráfico de esclavos africanos: La población negra
La escasez o la disminución de la
población indígena -según las diferentes regiones- y la necesidad de mano de
obra para el trabajo de las plantaciones y las minas movió a los colonos (tanto
en las posesiones españolas como en las de las otras potencias europeas
colonizadoras) a introducir en América un nuevo elemento humano: el negro
africano.
Fue esta una migración forzada, efectuada
principalmente desde las posesiones y factorías portuguesas de la costa
africana. La Trata de Negros subsistió durante todo el
período de la colonización. Se traían grandes grupos de negros en condición de
esclavos[11],
comercio legalizado en todas las monarquías conquistadoras. En las colonias
españolas, la primera licencia para la introducción de esclavos africanos data
de 1518 y en los siglos siguientes fue frecuente la concesión de asientos o monopolios negreros a
diversas compañías extranjeras. Más resistente que el indio, el negro no fue
protegido por la misma legislación que había evitado la esclavitud de aquél. Al
final de la época colonial el número total de esclavos negros importados
superaba largamente los dos millones de personas, incluso se dice que teniendo
en cuenta las entradas legales y las producidas a través del contrabando, no
parece exagerado decir que en el período colonial fueron introducidos en
Hispanoamérica alrededor de tres millones de esclavos negros.
En la sociedad colonial el negro ocupó el
último escalón, después del mestizo y el indio. En cuanto al trato recibido,
variaba según las regiones.
Actividad:
1)- ¿A qué se
denominó “catástrofe demográfica” en América, que cifras involucra y cuales fueron sus causas?
2)- Explique el
concepto de liquidación psicológica aplicado al caso de la población originaria
en América.
3)- Explique las diferentes consecuencias de la conquista
en el aspecto demográfico que afectaron a las poblaciones indígenas locales.
4)- ¿Cuál era la
situación legal de los indígenas según los Reyes Católicos y en que casos
perdían dicho condición?
5)- ¿A fue el requerimiento, que efectos buscaba, y
cuales se dieron de hecho?
6)- ¿Qué fue la encomienda, cuáles fueron sus
características y cómo se relaciona a la temática de la evangelización de los indígenas?
7)- ¿Qué fueron la mita, la mita minera y el
yanaconazgo?
8)- ¿En cuanto al
destino de la producción, en que se diferenciaba la mita incaica de la
española?
9)- Defina Haciendas y Estancias ¿hacia qué ámbitos se orientaba lo que producían?
10)- Luego del
agotamiento de recursos minerales de Potosí, ¿Qué tipo de actividades
económicas y recursos fueron los más importantes como fuentes de riqueza?
11)- ¿Qué causas
obligaron a la introducción del negro africano en América?
12)- ¿A qué se
denominó Trata de negros?
13)- ¿Qué trato
legal tenía el negro respecto al indígena y cuál fue su posición social y trato en la sociedad cowlonial?
Trabajo Práctico
Nº 23 de Historia y Geografía del 2do Ciclo
Tema: El sistema de instituciones políticas
coloniales y el sistema comercial en América
Autoridades
en España
La principal institución de gobierno
indiano en España era el Consejo de
Indias. Este organismo elaboraba las leyes para las colonias., designaba a
los funcionarios civiles y religiosos que se enviaban a América, controlaba su
gestión y organizaba la defensa militar de los territorios. El Consejo, que
estaba radicado en Sevilla, era la máxima autoridad judicial y estaba integrado
por un presidente y cinco funcionarios.
Otra institución metropolitana fue la Casa de Contratación, que se ocupaba de los
asuntos comerciales, de navegación y de población. En materia comercial, la Casa de Contratación otorgaba
permisos, recaudaba impuestos y resolvía litigios comerciales. Respecto de las
cuestiones de navegación. La institución establecía cuándo debían partir las
flotas comerciales de España y de América. También cobraba la avería, una especie de impuesto o
seguro marítimo que los navíos mercantes debían pagar a cambio de protección
armada brindada por los galeones de guerra. Por último, respecto de la
población colonial, la Casa
decidía, por ejemplo, cuántos españoles podían emigrar anualmente hacia
América. La Casa
de Contratación también residió en Sevilla y fue la encargada de recibir y
custodiar el oro y la plata provenientes de América.
En 1543, algunas funciones de la Casa de Contratación, como el
cobro de la avería o la resolución de litigios comerciales, fueron absorbidas
por una nueva institución: el Consulado
de Mercaderes.
Autoridades
en América
El representante
del Rey de mayor jerarquía en las colonias era el virrey. Ejercía el gobierno de un vasto territorio denominado virreinato.
En América existieron cuatro virreinatos:
dos creados en el siglo XVI -dieciséis-: los de Nueva España o México y el del
Perú; y otros dos instalados en el siglo XVII -diecisiete-: los de Nueva
Granada y el Río de la
Plata. Este último fue establecido en 1776 e incluía al
actual territorio argentino junto con los de Bolivia, Paraguay, Uruguay y
partes de Brasil y de Chile; su capital era la ciudad de Buenos Aires[12]
Como dijimos al principio, las principales
autoridades políticas y militares en América fueron los virreyes, quienes ejercieron el gobierno virreinal y nombraron a los gobernadores y otros funcionarios menores. Los virreyes
debían ser disciplinados y tenían prohibido realizar negocios, pero la mayoría
incumplió esas normas, ya que gobernaron arbitrariamente y se enriquecieron con
el comercio o la apropiación de tierras[13].
En las gobernaciones, el gobernador o adelantado (en principio, luego reemplazado por el gobernador), funcionario
a sueldo de la Corona,
propuestos por un período relativamente fijo de cinco años, no firmaba
capitulaciones ni tenía privilegios especiales. Su nombramiento era a través
del Consejo de Indias, con aprobación del rey. Era la máxima autoridad
provincial en cuestiones judiciales, administrativas y militares: controlaba la
entrada y salida de mercaderías en los puertos, ordenaba la realización de
obras públicas, otorgaba mercedes reales[14],
reprimía a los contrabandistas, etc.
A los gobernadores se subordinaban los corregidores, quienes constituían una
institución típicamente castellana que se trasplantó a la Indias en la primera mitad
del siglo XVI (dieciséis).El título completo de su oficio era corregidor y justicia mayor. En
Castilla (España), los corregidores
eran funcionarios de la monarquía, encargados de ejercer el gobierno y la justicia
en las ciudades. En América tenían atribuciones
políticas y judiciales, recaudaban impuestos y debían proteger a los indígenas.
Muy pocos corregidores cumplieron esta última tarea; en general acapararon un
gran poder local o regional debido a que controlaron la recaudación de
impuestos; concentraron tierras y lograron influir en la elección de
funcionarios municipales.
Los tenientes
se nombraban tanto en las gobernaciones como en los corregimientos. Con una
jerarquía administrativa inferior cumplían mandatos específicos dictados por el
gobernador o el corregidor.
El gobierno municipal estaba a cargo del cabildo, integrado por dos alcaldes,
entre seis y diez regidores, un alférez real, un alguacil mayor -una especie de
jefe de policía-, un depositario general y un escribano. Entre muchas otras
funciones, el cabildo tenía a su cargo el gobierno de la ciudad, y de sus
alrededores, debía realizar obras públicas, llevar registros comerciales y
censos, cobrar impuestos, mantener hospitales, las cárceles y las calles,
reclutar la milicia urbana.
La Real
Audiencia era la
máxima institución judicial en el ámbito virreinal. Además, tenía funciones
gubernativas y consultivas para ejercer el gobierno virreinal en ausencia del
virrey y a pedido de la Corona. En
la época colonial, hubo 13 audiencias de diversa jerarquía; las principales
fueron las de Santo Domingo -en la primera etapa colonial-, Lima, México y
Charcas[15].
La Audiencia
estaba compuesta por un presidente -que, en las capitales virreinales, podía
ser el virrey- , cinco jueces -denominados oidores-,
dos fiscales, alcaldes, un alguacil, un escribano y un canciller. Su principal
tarea era impartir justicia en asuntos civiles y criminales.
Los consulados
eran tribunales encargados de intervenir en los pleitos entablados entre los
comerciantes.
El
sistema monopólico comercial español
La Corona española decidió establecer un sistema
comercial especial para los intercambios entre sus colonias y Europa. El Estado
diseñó un estricto monopolio comercial
entre España y América, por el cual todo vínculo económico quedaba regulado por
la administración española. Desde 1561, dos grandes flotas partían anualmente
desde Sevilla y Cádiz, autorizadas para atracar en tres puertos en América:
Veracruz, Cartagena de Indias y Portobelo.
Además, en una primera etapa, el
transporte de los bienes debía realizarse mediante un sistema de flotas, que eran enviadas solo dos veces al año,
escoltadas por galeones, buques de
guerra que intentaban resguardarlas de la piratería. Estas flotas llegaban al
Caribe y desde allí partían hacia México y Panamá., los dos centros comerciales
más importantes desde los que se distribuían los productos importados al resto
de las colonias. Se estima que, anualmente, llegaban a América entre 120 y 150
navíos provenientes de España.
El monopolio comercial español tenía
diversos objetivos, claramente establecidos. El principal era evitar que otros
países europeos -como Inglaterra, Holanda y Francia- participaran en el comercio
colonial, de modo que los beneficios del intercambio fueran exclusivamente
españoles. Además, con este sistema se intentaba proteger a los buques
mercantes españoles de los ataques de piratas y corsarios de diverso origen.
El sistema se encontró, sin embargo, con
algunos obstáculos, fundamentalmente los permanentes intentos de comerciantes
de otros países de ignorar el monopolio y crear un vínculo directo con las
colonias españolas, procedimiento que las leyes españolas castigaban como contrabando.
Mapa
Actividad:
1)- Realice un
esquema en el que aparezcan las autoridades (unipersonales y colegiadas)
españolas en la península y las españolas americanas, con sus respectivos
nombres y funciones específicas.
2)- Explique los objetivos,
la instrumentación, las consecuencias y obstáculos de la organización comercial
monopólica impuesta por España a sus dominios coloniales en América.
[1] Frecuentemente esas concesiones se hacían con gran imprecisión
geográfica, dado el desconocimiento que existía sobre las nuevas tierras.
[2] Estos amplios poderes eran concebidos en forma vitalicia y, a veces,
hereditaria (“por dos vidas”).
[3] Por ejemplo, la excelencia de las armas blancas, dagas, hachas, en
especial la espada y las armas de fuego eran desconocidas para los nativos y
eso los aterrorizaba: disparar al aire u obligar a los caballos a pararse en
dos patas paralizaba a sus enemigos.
[4] Buques de dos palos y vela cuadra o redonda.
[5] Al emprender la conquista de América, la Corona española comenzó a
plantearse si los enfrentamientos que se producían entre los expedicionarios y
algunos indígenas, constituían, o no (luego de la guerra de expulsión de los
moros de España), una nueva Guerra Justa. En los círculos del pensamiento
ligados a la Corona,
no existía un consenso firme al respecto. Finalmente, la Corona determinó como
hechos justificadores de una legítima acción hostil hacia los indios (Guerra
Justa), además de la legítima defensa, 1) La negativa a aceptar el señorío de la Corona española sobre los
territorios conquistados; 2) La obstrucción a la difusión de la doctrina
cristiana.
[6] En él se intentaba explicar a los indígenas los principios teológicos
de la creación del mundo, así como la soberanía de los reyes españoles.
[7] Cada mitayo tenía la obligación, además, de entregar entre 20 y 25
kilos de mineral por día.
[8] Eran unidades de producción que se dedicaban principalmente a la
ganadería.
[9] Propiedades y/o unidades de producción especializadas en la producción
agrícola - ganadera, para abastecer a las ciudades y centros mineros.
[10] En otros casos, los terratenientes emplearon a indígenas que no
integraban una comunidad repartida en encomienda, llamados naboría o yanaconas,
y también, a españoles pobres, que ofrecían sus servicios a cambio del pago de
un salario. En algunos otros, el sistema de la mita también fue utilizado en la
producción agrícola.
[11] Distintos testimonios de la época muestran las características de este
tráfico. Las travesías eran inhumanas: los negros hacinados en las bodegas de
los barcos eran presa de todo tipo de enfermedades. Según los cálculos más
autorizados el número de negros introducidos anualmente llegaban a 100.000, de
los cuales un 15% moría en el viaje y un 30% en el período de aclimatación.
Estas pérdidas obligaron a los negreros a mejorar las condiciones de trato y transporte. Las zonas de mayor afluencia de
esclavos fueron las regiones tropicales, en especial el Caribe y el litoral
atlántico, en las que se desarrollaron determinados cultivos (tabaco, algodón,
caña de azúcar) y explotaciones mineras.
[12] El 11 de junio de 1580, Juan de Garay fundó la Ciudad
de La Santísima
Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre,
con 76 de colonos y 200 familias guaraníes asignadas, en un sitio
presumiblemente cercano al fallido intento de Pedro de Mendoza. El motivo de
esta fundación queda explicado por las palabras de Juan de Matienzo, oidor de la Audiencia de Charcas,
quien en 1566 mencionó la necesidad de abrir una puerta a la tierra, es
decir, darle una salida al Atlántico a todo el territorio que existía desde Potosí
hacia el sur.
[13] Al abandonar sus cargos, los virreyes debían
rendir cuentas de su gestión ante el Consejo de Indias, mediante un proceso
denominado juicio de residencia.
[14] Mercedes reales: Una de las
formas de ceder parcelas de tierras a los particulares. Se trataba de una
extensión que la Corona
española le otorgaba a un español, con la condición de que la cultivara.
[15] La primera Audiencia se creó en 1511 en Santo Domingo. La Real Audiencia de Buenos Aires
existió entre 1661 y 1771, sendo reestablecida en 1783.
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