Unidad temática Nro. 3: EXPANSIONISMO EUROPEO
Trabajo Práctico
Nº 16 de Historia y Geografía del 2do Ciclo
Tema: Los
primeros reinos centralizados
Hacia la
formación del Estado moderno
A medida que las crisis padecidas durante la
Edad Media fueron extendiéndose en el
tiempo y el espacio, fueron surgiendo nuevas ideas políticas. Las regiones
estaban muy divididas, ya que en lugar de haber un poder unificado, cada señor feudal controlaba sus propias tierras,
por esa razón existían numerosas unidades
político-legales en el interior de un mismo reino.
Entre los siglos XIV (catorce) y XV
(quince), los reyes decidieron
modificar esa situación y concentrar más
poder. Esto sucedió de modo diferente en cada una de las regiones europeas,
pero se encuentran rasgos comunes en casi todas, lo que hace pensar que todo
esto fuera parte de un proceso de cambio de larga duración.
Para lograr sus objetivos, los reyes se
apoyaron en una nueva clase social que era relativamente nueva y que contaba
con una fuerza creciente: la burguesía[1].
Los señores feudales estaban en contra de la nueva forma de organización que
proponía el rey, ya que perderían influencia política y poder económico. Sin
embargo, en algunos casos se establecieron alianzas y convenios, en los que
estas elites[2]
locales (nobles) se ponían a las órdenes de la corona, a cambio de nuevos
privilegios. No obstante, muchos señores feudales no llegaron a un acuerdo, y
numerosas guerras se entablaron a lo largo de todo el continente europeo. Así
se dio inicio al proceso de formación de los primeros reinos centralizados[3].
Finalmente, el nuevo modelo de
concentración de poder en la figura del rey fue cobrando vigor y terminó
por imponerse en prácticamente todos los territorios, siempre con
características específicas.
Características del Estado moderno
El Estado[4]
moderno, tal como se lo conoce en la actualidad, se caracterizaba por la
búsqueda de una identidad homogénea[5],
una organización burocrática y una estructura formal, además de la
centralización política. Cada Estado buscaba el reconocimiento de los demás,
por lo que necesitaban un sistema
diplomático que se encargara de negociar todo tipo de cuestiones, desde los
pequeños detalles administrativos hasta los asuntos de límites o fronteras entre
un Estado y otro.
En algunos casos, las elites locales
fueron más fuertes que el rey, resultando más complicado y tardío, el proceso
de unificación.[6]
Otra de las características del Estado
moderno fue la formación de un ejército estatal, que pasó a depender
de los fondos del Estado y no de las
ciudades. Esto era fundamental, ya que si cada señor feudal hubiera mantenido
sus propias tropas armadas, las guerras civiles habrían sido permanentes. Para
cubrir estos gastos, los reyes establecieron sistemas de impuestos dirigidos a toda la población, necesitando a
su vez de un sistema burocrático y administrativo que se ocupara de ello.
Gracias a la imposición del rey, el
feudalismo fue decayendo. Con el correr de los años, esta centralización
política favoreció la implantación de nuevas medidas económicas, fortaleciendo
aún más la figura del Estado. Primero, las monarquías feudales se transformaron
en monarquías autoritarias y, más
tarde, en monarquías absolutas. La
monarquía absoluta, como forma de gobierno, se basa en el principio de que el
monarca (rey, emperador, zar, etc.) tiene el poder político absoluto y total; esto quiere decir que no
existe una división de poderes -sobre todo el ejecutivo y legislativo- ya que
la fuente y origen de estos poderes es el propio rey[7].
En algunos Estados, como en Francia, estas formas políticas prosperaron durante
mucho tiempo; en otros, sin embargo, fueron cambiados por otras formas, como la monarquía parlamentaria[8],
tal como sucedió en Inglaterra.
Mientras los diferentes Estados se iban
consolidando, aparecía lentamente un nuevo concepto fundamental para entender la Modernidad: el nacionalismo. No hay que confundir las ideas de Nación y
Estado. Mientras que el Estado es una estructura formal, organizada, compuesta
por hombres e instituciones, la
Nación hace referencia a un sentimiento de pertenencia
cultural, que puede tener relación con un Estado, pero también con la etnia,
pueblo o idea política.
El nacionalismo era necesario para que los
Estados pudieran consolidarse, ya que el apoyo social era imprescindible para
enfrentar contratiempos políticos, económicos o religiosos. Se recurría al
nacionalismo, por ejemplo, para lograr el apoyo social durante las guerras,
como sucedía con los enfrentamientos entre Inglaterra y Francia. También
aparecía cuando un rey le pedía paciencia a su pueblo frente a la falta de
alimentos, o cuando existían enfrentamientos entre un Estado y la Iglesia, como ocurrió
cuando Inglaterra se separó de la Iglesia
Católica y fundó la Iglesia Anglicana.
Para afianzar estas ideas, se otorgó mucha importancia a los símbolos, como las
banderas, los idiomas y los himnos, entre otros.
Actividad:
1)- ¿Cuál era la
situación política previa a la formación de los primeros reinos centralizados o
monarquías autoritarias?
2)-¿Qué tipo de
estrategias y alianzas llevaron adelante las monarquías para conformar los
primeros reinos centralizados?
3)- ¿Qué tipo de
conflictos comenzaban a manifestarse entre la burguesía y los señores feudales?
4)- Mencione y
explique en que consistían, en general y en particular, cada una de las
características propias de los Estados modernos
5)- ¿Qué diferentes
tipos de monarquías siguieron, en el proceso de maduración del Estado, a las
monarquías feudales?
6)- ¿qué
características posee una monarquía absoluta?
7)- ¿Explique por
qué no son sinónimos “Estado” y “Nación”?
8)- ¿Cuáles solían
ser los motivos que justificaban, por parte de los Estados, recurrir al nacionalismo de la población?
Trabajo Práctico Nº 17 de Historia y Geografía
del 2do Ciclo
Tema: El
Santo Oficio de la
Inquisición
Hacia el año 1250, en el sur de Francia,
más precisamente en Languedoc, la
Iglesia había iniciado la lucha contra la herejía cátara[9]
(principalmente) y valdense con la ayuda de una fuerza más eficaz que la de los
ejércitos cruzados, que se movían más por apetitos materiales que por intereses
espirituales: los tribunales de la Inquisición. Su origen
puede encontrarse en la bula Ad abolendam
del papa Lucio III, en 1184, denominada como Inquisición episcopal, es decir administrada por los obispos
locales de cada diócesis, aunque esta habrá de fracasar en la contención y
supresión de la herejía. El canon 3 del concilio
de Letrán de 1215, obligaba a los fieles, entre otras medidas, a denunciar
a los sospechosos de herejía[10] (cátara, valdense, humiliati
extremista, espiritualista, averroísta, etc.). Resultará fundamental el apoyo
que Federico II[11]
concede al Papa para terminar con la herejía, después de su coronación en 1220,
inaugurando la colaboración de la
Iglesia y los poderes públicos (”el brazo secular”), que será esencial para el funcionamiento de la Inquisición. El Papa
Gregorio IX, en 1231, codifica el
procedimiento inquisitorial y, en 1252, el Papa Inocencio IV lo resume y lo agrava en la bula Ad extirpanda, que instaura la tortura; a esta Inquisición se la denominará “pontificia” o monacal, ya que la
herejía será perseguida por jueces especiales nombrados por Roma o inquisidores
especiales y ya no a cargo de los obispos como anteriormente había sido
prevista y se consideró poco eficaz.
Los manuales
de los inquisidores[12]
desempeñaron un papel ambiguo. Aunque por una parte ayudaron a la persecución,
por otra permitieron, gracias a sus preguntas, que pudieran distinguirse mejor
a los herejes de los que no lo eran, que se discerniera mejor la naturaleza de
la herejía y que los inquisidores honestos pudieran no equivocarse.
La inquisición continuaba, a comienzos del
siglo XIV, tanto porque seguían existiendo cátaros
y valdenses como porque habían
aparecido otras herejías que la
Inquisición, por sí misma no lograba hacer desaparecer.
La inquisición española
Esta magistratura española no debe
confundirse con la que se había implantado a comienzos del siglo XIII, en toda
la cristiandad occidental. La
Iglesia teme por la fe de sus fieles, ya que las herejías
amenazan al mundo, y con mayor razón a España, penetrada de espíritu judío y moro[13]. La Inquisición ibérica
fue instituida en 1478 por el papa Sixto
IV, a petición de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, para reprimir el criptojudaísmo (es decir,
judíos conversos sospechosos de no haber abandonado su anterior credo) de los
conversos. El nuevo tribunal eclesiástico se distinguió del anterior -cuyos
miembros eran, por lo menos indirectamente, de nombramiento pontificio- por el
hecho de que los soberanos hispánicos obtuvieron el poder de efectuar por sí
mismos el nombramiento de los inquisidores. Como era de esperar, y como
Fernando e Isabel deseaban evidentemente, aquella magistratura ejerció no solo
una función “religiosa”, sino, sobre todo, una función político-social, y lo
hizo desde el principio, con procedimientos drásticos, que provocaron las
protestas del mismo papa Sixto IV. A pesar de esto y las tentativas para
suavizar y limitar las consecuencias de su propia concesión, el papa se vio
obligado a ceder ante la dura actitud
del rey Fernando, dispuesto incluso a la
ruptura con tal de no dejarse escapar de las manos el formidable instrumento de
poder recién conquistado. Lo cierto es que la inquisición española constituyó
la primera institución de la España unida y que fue
utilizada por la Monarquía
como instrumento político de control ideológico.
La inquisición española constituye un
tribunal de excepción creado por la Monarquía (española), con legitimación eclesiástica, para
reprimir severamente la disidencia religiosa -herejía- en tiempos en que la
religión tenía categoría de principio organizador de la sociedad, es decir,
tiempos en que nadie se atrevía a seleccionar creencias alternativas a la
aceptación integra de la fe[14],
un delito de lesa majestad, el más grave de los que se podían cometer, ya que
atentaba contra Dios, fuente misma del poder , por lo que afectaba también al
Estado.
La tradición ha unido el nombre del
dominico Tomás de Torquemada al de
la terrible magistratura, de cuyo consejo supremo, fue presidente - o
inquisidor general- durante quince años (1483-1498). Aunque fue, sin duda, más
que rudo, inexorable en nombre de un dogma sin concesiones, el fraile debe ser
considerado, sin embargo, como un instrumento, aunque consciente, de la
política despiadada e inhumana del soberano español.
En principio, la Inquisición española
atravesó un período de gran actividad
persecutoria, dirigida fundamentalmente contra los judíos conversos
sospechosos. Luego de varios intentos de conversiones forzosas y la aplicación
de leyes fuertemente discriminatorias, 1492 los judíos serán expulsados en masa
de España; en tanto los moros,
mayoritariamente radicados en el sur (en la zona de Granada), también serán
obligados a la conversión (no sin violentas sublevaciones fuertemente
reprimidas) y no dejarán de ser considerados como una especie de
sospechosa minoría étnica indeseada a
ser combatida desde lo cultural, lo social, lo religioso e incluso lo jurídico,
bajo la acusación de ejercer el criptoislamismo.
En este complejo marco, la
Inquisición aparecerá, aún dentro de su lógica interna como
una pieza al servicio de la unidad
religiosa impulsada por la
Corona.
El siglo XIX se inicia con las victorias
de Napoleón quien corona a su hermano José en el trono de España. En diciembre
de 1808 decreta la extinción del Tribunal de la Inquisición. Las
cortes españolas que se oponen militarmente a Napoleón dictan una constitución
liberal y en 1813 decretan la abolición de la Inquisición. En
1814, derrotado Napoleón y vuelto al trono el rey Frenado VII, restablece el
Tribunal. Muerto Fernando VII, su sucesora, la regente María Cristina elimina
el Tribunal de la
Inquisición en el año 1834.
El proceso inquisitorial
El funcionamiento procesal de la Inquisición se
iniciaba con la aceptación de denuncias
secretas, siguiendo con la detención
preventiva del acusado, la
confiscación de sus bienes, el juicio
a puerta cerrada y la sentencia,
absolutoria o condenatoria. La condena
era leída en una solemne ceremonia, denominada, auto de fe, dónde se detallaban las penas, las más graves de las
cuales eran los azotes, la prisión
perpetua, el servicio forzado en galeras y, en último extremo, la entrega del
reo a la justicia civil para su ejecución en la hoguera, tanto si el condenado
estaba presente como si estaba ausente y era quemado solamente en efigie[15].
Un procedimiento de este tipo llegó a
crear naturalmente una atmósfera de miedo constante ante una denuncia secreta
que podía conllevar a la miseria, la infamia, y la muerte en la hoguera. Ante
esta realidad, las alegaciones a su favor aducen la existencia de ciertas
cautelas (la posibilidad de aportar testigos o de señalar enemigos como
presuntos delatores), la actuación conforme al derecho natural y al derecho
canónico (que implicaban una norma y un control), la aceptación social (atestiguada por la organización de una red de
colaboradores voluntarios conocidos como familiares del Santo Oficio) y el
número relativamente moderado de los procesos[16]
(ciento cincuenta mil para todo el período de vigencia del tribunal, más de
tres siglos); aunque el conjunto de atenuantes apenas si corrigen la imagen de
un instrumento represivo al servicio de
la intolerancia, que en determinadas circunstancias, actuó con excesiva
libertad y autonomía, no ofreció a los inculpados y generó un sentimiento de
alerta permanente y de temor difuso en el conjunto de la sociedad[17].
Sin embargo también cabe indicar que el Santo Oficio en España y América
nunca tuvo un considerable grado de fuerza e independencia de las otras
estructuras sociales y políticas. Los Tribunales Inquisitoriales siempre
entraban en funciones después del establecimiento de otras instituciones como:
consejos municipales, obispados o cancillerías. Sin embargo ni las
instituciones eclesiásticas ni las civiles aceptaron con agrado la intromisión
de la Inquisición,
ya que consideraban a ésta, como una suplantación de sus propias funciones y,
por consiguiente un ataque a sus derechos, a la vez de una intromisión en sus
jurisdicciones.
Actividad:
1)- ¿Cuál fue el origen y finalidad de la Inquisición?
2)- ¿Qué es la herejía?
3)- ¿Qué
diferencias existieron entre la Inquisición Episcopal
y la Inquisición
Pontificia?
4)- ¿Cuál era la
función, naturaleza y características de la Inquisición española?
5)-¿Cómo
relacionaría el accionar de la
Inquisición con el objetivo de los Reyes de España, de lograr
la unidad religiosa?
6)- ¿En que año y
contexto es eliminada la
Inquisición en España?
7)- Detalle los pasos que debía cumplir el
proceso inquisitorial.
8)- ¿Tuvo la Inquisición en España
y América la suficiente autonomía como para imponerse a otras instituciones políticas
eclesiásticas, civiles, etc.? ¿Por qué?
Trabajo Práctico
Nº 18 de Historia y Geografía del 2do Ciclo
Tema: El Renacimiento, Humanismo y
descubrimientos tecnológicos
A comienzos del siglo XIV (catorce)
comenzaron a declinar las instituciones y los ideales que caracterizaron a la
Edad Media: el feudalismo, la caballería el
predominio universal del Papa, la filosofía escolástica[18]
y el sistema corporativo de gremios
aplicado a la industria artesanal y al comercio.
En su reemplazo, y en forma paulatina, se
produjeron una serie de transformaciones que caracterizaron al mundo moderno.
Estos cambios afectaron no solo las instituciones, sino también la cultura.
El Renacimiento
El Renacimiento es la primera etapa de la Modernidad. Su
nombre proviene del notorio interés mostrado por las sociedades de los
siglos XV (quince) y XVI
(dieciséis) por retomar y revalorizar la
cultura grecorromana, que había sido
relegada durante muchos años a causa de las ideas políticas y religiosas de la
época. Este movimiento, que se originó en Italia, donde tuvo su mayor
crecimiento y desarrollo, se expandió rápidamente por toda Europa occidental,
tomando características particulares de cada región.
El Renacimiento coincidió con la época en
que se desarrollaron grandes descubrimientos, tanto geográficos como
científicos y tecnológicos. Tuvo además una relación muy estrecha con el Humanismo, del que fue en parte causa y
consecuencia. Se generó entonces un movimiento muy importante, en el que se
abrían nuevas posibilidades, tanto intelectuales como religiosas, ideológicas y
científicas, que los europeos comenzaron a desarrollar progresivamente.
Los artistas, que hasta ese momento habían
permanecido en el anonimato, tomaron conciencia de su individualidad y estilo, e iniciaron uno de los grandes saltos
cualitativos en la historia del arte. Sedientos de saber buscaron nuevas
técnicas, estudiaron la anatomía humana, el naturalismo, el claroscuro, la
perspectiva y reelaboraron nuevas formas arquitectónicas. Aparecieron entonces
grandes figuras como Filipo Brunelleschi, Leonardo Da Vinci, Rafael Sanzio,
Miguel Ángel Buonarroti y Sandro Botticelli, entre otros.
El
Humanismo
El clima de ideas surgido en Italia y
existente entre los siglos XV (quince) y XVI (dieciséis) del Renacimiento
permitió que se desarrollaran renovados y nuevos pensamientos y formas de concebir al hombre y las realidades
que lo rodeaban, dando primacía a lo humano. Surgía así, una nueva cosmovisión denominada
“Humanismo”.
Recibe el nombre de Humanismo el estudio
de la cultura clásica; y humanistas (del latín humanus: pulido, cultivado) a los escritores, coleccionistas y
eruditos.
El inicio del humanismo tiene su
explicación en la suma de dos factores importantes que solo aparecen en Italia:
la brillante situación socio-económica de sus ciudades y la herencia
greco-latina que no había quedado oculta por completo, la que se sometió a
estudios ya que todos los aspectos clásicos
despertaron interés.
Los pensadores humanistas fueron muy
críticos con respecto a las ideas imperantes durante la
Edad Media. Se opusieron a los conceptos dogmáticos y a las verdades absolutas, dando prioridad a la razón, la capacidad crítica y la necesidad de experimentar para
poder conocer. Este cambio generó un conflicto entre los pensadores y la Iglesia, defensora
tradicional de los antiguos valores. Sin embargo, los humanistas no estaban en
contra de los preceptos religiosos (como sí ocurriría con el período denominado
“Ilustración”, en el siglo XVIII -diecisiete- europeo), sino que para ellos era
el Hombre quien ocupaba un lugar central (antropocentrismo)
y no Dios (teocentrismo) en la nueva
visión de la realidad del mundo.
Otro legado importante de los humanistas
fue que se rescataron ciertos valores que se habían despreciado hasta ese
momento: la fama, la riqueza, el prestigio personal, el poder, el lujo o el
goce. Y fue en parte debido a esto, que surgieron importantes nombres, como se
ha señalado en el ámbito del arte, que en épocas anteriores nunca hubieran
trascendido[19]. La
obra humanista tuvo pensadores y/o escritores muy importantes, sus principales
impulsores fueron Dante Alighieri (1265-1321), Francisco Petrarca (1304-1374) y
Juan Boccaccio (1313-1357); en el terreno literario, que conocían las obras de
los escritores griegos y romanos antiguos, como Platón, Homero, Cicerón,
Virgilio, Horacio y que exaltaron la belleza de sus obras. Desde el siglo XV
(quince), los humanistas contaron con la imprenta de tipos móviles para la
rápida difusión de su pensamiento en Europa. Con el paso de los años el
humanismo asume particularidades y presenta referentes, como Erasmo de
Rotterdam (en los Países Bajos), Tomás Moro (Inglaterra), Nicolás Maquiavelo
(Florencia, -Italia-), Martín Lutero (Alemania), Michel de Montaigne (Francia),
Nicolás Copérnico (Polonia), entre otros.
Los descubrimientos tecnológicos
En la época moderna, entre el Renacimiento
y la Revolución Industrial,
hubo una multitud de nuevas invenciones y conocimientos que sacudieron los
modos habituales de realizar ciertas tareas y generaron nuevas prácticas. Las
creaciones del período fueron innumerables, e incluyen ejemplos tales como el
telescopio o la perspectiva. Sin embargo, tres inventos llamaron rápidamente la
atención de los contemporáneos: la imprenta, la pólvora y la brújula. Estos
descubrimientos permitieron que la humanidad mirara con entusiasmo hacia el
futuro y confiara en sus capacidades.
Entonces muchos pensaban, con bastante
razón, que la imprenta tipográfica había
inaugurado una nueva época de conocimientos ampliados, pues gracias a ella los libros se habían vuelto más claros,
baratos, rápidos de confeccionar, fáciles de reproducir, de portar, de
multiplicar en número (difundir), y más confiables. Muchos de los
inconvenientes de la copia manuscrita se resolvían de esa forma. La imprenta
contribuyó decisivamente a la difusión de las nuevas ideas en Europa y luego en
el resto del mundo conocido.
La invención de la pólvora cambió para siempre las formas de enfrentamiento militar en
todo el mundo. Hasta entonces, la mayoría de los conflictos se resolvían con batallas cuerpo a cuerpo. El nuevo
invento, combinado con los avances en la metalurgia, permitió que se inventaran
el cañón y otras armas de fuego[20],
más fácilmente transportables. Estas nuevas armas modificaron la dinámica misma
de la guerra. Por ejemplo, durante la conquista de América, la pólvora no solo
fue útil a los europeos por su poder destructivo, sino que, además, el
estruendo que acompañaba al disparo de un arma de fuego producía, muchas veces,
la fuga de los asustados indígenas, quienes desconocían este artificio.
Las mejoras logradas en materia de
navegación contribuyo en gran medida al impulso de las travesías de ultramar.
La orientación de las naves en alta mar, presentaba en la antigüedad y en el
medioevo dificultades insalvables que convertían en riesgosa aventura toda
exploración más allá de la vista de la costa. La brújula[21](bussola: cajita, en italiano), basada en
los principios del magnetismo terrestre, por su parte, revolucionó la
navegación al permitir que los navegantes conocieran su posición en el mar y
encontraran su rumbo también durante la noche, de modo que favoreció los
primeros viajes transoceánicos de descubrimiento.
También en el campo de las técnicas de
navegación, junto con la brújula, la invención del astrolabio permitió medir la altura de los astros con relación al
horizonte y fijar así la latitud de un lugar. Los portugueses lo utilizaron a
partir del siglo XIV (catorce). Luego fue reemplazado por el sextante.
La construcción de navíos experimentó
mejoras, el uso de la carabela y (en
menor medida) la nao, fueron los
tipos utilizados. Los primeros en utilizar las carabelas fueron los portugueses
en sus viajes al África. Era considerada como una nave de las más grandes y con
mayor capacidad de carga de entonces, con unos 20 metros de longitud, la
proa afilada y dos o tres palos como mástiles, no más de veinte tripulantes en
las naves más pequeñas; sus ventajas radicaban en la mayor velocidad por ser
más liviana y por su limitado calado[22]
, lo que le permitía la navegación por ríos y mares de poca profundidad.
La ciencia geográfica había realizado
grandes avances. Se contaba con portulanos[23]
relativamente precisos donde se registraban los resultados en las exploraciones
precedentes (como las del viajante Marco
Polo[24] y
los viajeros árabes).
Actividad:
1)- ¿Por qué se
denomina “Renacimiento” a la primera etapa de la Modernidad y cuáles
fueron sus características?
2)- ¿Cuál fue la
nueva actitud de los artistas y sus nuevas técnicas y aportes?
3)- ¿Cuáles eran
las características de los pensadores humanistas respecto al orden anterior y a
la nueva cosmovisión?
4)- ¿Qué diferencia
la cosmovisión antropocéntrica de la teocéntrica?
5)- ¿qué valores
exalta la nueva cosmovisión humanista y qué tipo de escritores tenían como
referencia o inspiración?
6)- ¿Qué ventajas y
cambios generaron la imprenta de tipográfica y el uso de la pólvora?
7)- ¿Qué inventos, o
mejoras y/o nuevas técnicas facilitaron la expansión de ultramar europea?
Trabajo Práctico
Nº 19 de Historia y Geografía del 2do Ciclo
Tema: Proyectos
europeos de expansión
Cambio de balance de fuerzas entre Oriente y Occidente:
Con la proa hacia ultramar
Hacia el año 1400, para la mayoría de los
europeos, el mundo estaba reducido a su aldea o su ciudad y la zona vecina.
Sólo unos pocos habían viajado a otras regiones del continente y, en el mejor
de los casos, conocían lo que ocurría en otros lugares del mundo por relatos,
muchas veces fantasiosos, de comerciantes y viajeros. Lo mismo podía decirse de
los habitantes de América, que ignoraban la existencia de Europa tanto como los
europeos, la de los americanos. Navegantes chinos habían recorrido la costa
oriental de África y algunos comerciantes de Oriente Medio tenían vínculos con
Asia y con Europa, pero no mucho más. En los dos siglos siguientes, ese
panorama se modificó por completo.
En efecto, entre los siglos XV (quince) y
XVIII (dieciocho), varios países de Europa protagonizaron uno de los procesos
de expansión comercial y territorial más importantes de la historia de la
humanidad, que los llevó a todos los rincones de la Tierra. La exploración
y el comercio, seguidos por la conquista y la colonización, cambiaron el
aspecto de Europa y del mundo. Varios fueron los motivos de esta expansión.
Una de las causas más importantes era
comercial. Durante siglos, los europeos habían mantenido vínculos comerciales
con el Lejano Oriente[25],
mediante los que obtenían productos de lujo, como la seda o el marfil, y
también especias. Por entonces, se
llamaba especias a las sustancias que
se empleaban para cocinar y para conservar los alimentos (canela, alcanfor,
azafrán, clavo de olor, etc.), a las medicinas y a los perfumes; por todas
ellas Europa pagaba verdaderas fortunas. Para obtener esos productos, los
europeos recurrían a varios intermediarios, sobre todo, a mercaderes
árabes. En el siglo XIV (catorce), el
Imperio Otomano inició un proceso expansivo, que se transformó en una amenaza
directa para Europa en 1453, cuando los turcos otomanos tomaron la ciudad de Constantinopla, ciudad clave para el
comercio en el mar Mediterráneo en la ruta comercial entre Europa y el Lejano
Oriente. Los turcos comenzaron a cobrar altos impuestos a los comerciantes
europeos[26], lo
cual encarecía muchos los productos. Los europeos, entonces, se vieron
obligados a buscar rutas alternativas para obtener los productos orientales[27].
Además, tras un período de grave crisis en el
siglo XIV (catorce), Europa comenzaba una etapa de expansión económica. Al
aumentar la producción, los europeos también se lanzaron a ocupar territorios,
pues necesitaban cultivar más tierras para proporcionar alimentos a una
población que estaba aumentando. En cierto modo, la expansión ultramarina fue
la continuación de este proceso en el resto del mundo. Por otra parte, estaba
cambiando la estructura de muchos Estados europeos, y eso demandaba recursos
para pagar ejércitos, funcionarios y el lujo de las cortes. Los monarcas
europeos promovieron, entonces, los viajes de exploración ultramarina: buscaban metales preciosos y otros
bienes, que necesitaban para financiar sus Estados.
En el siglo XVI (dieciséis), el imperio
otomano era territorialmente uno de los más grandes del mundo. Ocupaba desde
las regiones orientales de Europa, como Polonia hacia el norte y Turquía al
sur, hasta Egipto y Argelia, en África. Cuando las nuevas rutas descubiertas
por los portugueses lograron el intercambio directo con zonas orientales, el
imperio perdió parte de su poderío.
Sin
embargo, los europeos no lograron dominar a los turcos hasta el siglo XX
(veinte)[28].
La
expansión ibérica
Los pioneros de la expansión europea fueron dos Estados de la península
ibérica: Portugal y España. Existen varias razones que
explican por qué los españoles y los portugueses fueron los primeros en
lanzarse a la exploración intercontinental. En primer lugar, la península
estaba en una posición geográfica
privilegiada, que facilitaba la salida al Atlántico y el acceso a un grupo
de islas que se podían emplear como postas antes de iniciar el viaje en alta
mar. En segundo lugar, tanto los españoles como los portugueses tenían una larga tradición marítima, relacionada
con actividades como la pesca y el comercio.
En tercer lugar, existían motivaciones religiosas y culturales. En el siglo VIII (octavo), gran parte de la península
había sido invadida por los árabes. Los portugueses y los españoles iniciaron
un proceso de recuperación de sus territorios -conocido como Reconquista-, que concluyó con éxito en
el siglo XIII (trece) en Portugal y en el siglo XV (quince) en España. Muchos
católicos pensaban que existía una continuidad entre la expulsión de los árabes
y la expansión hacia el resto del mundo, que permitiría difundir el
cristianismo en toda la Tierra. Para
ellos, la conquista del mundo era tanto militar como espiritual. Esta idea se
reforzó con una conciencia de sucesos: en 1492 los españoles se aseguraron el
control de su territorio y Colón realizó su primer viaje a América.
Varias décadas después de las primeras y
tímidas exploraciones, se había conformado un imperio marítimo ibérico, con asentamientos en África, Asia y
América.
Los
viajes portugueses
Portugal no contaba con las posibilidades
de concretar una expansión terrestre en Europa, dado que estaba rodeado por la
poderosa España; esto lo condujo a ser el primer país europeo que decidió
explorar territorios alejados. Durante todo el siglo XV (quince) los portugueses
hicieron viajes bordeando la costa occidental de África y explorando diversas islas, como las de Cabo Verde. Todos
estos viajes consolidaron una experiencia importante en la navegación de
grandes distancias adquirida por los navegantes del período.
Hasta fines del siglo XV (quince), el comercio con Oriente se hacía a través
de los territorios de una importante organización política, el imperio Otomano,
que actuaba como intermediario comercial entre Oriente y Occidente. Este hecho
favorecía a los comerciantes otomanos que, imponían un monopolio en sus rutas
comerciales generando para sí, importantes ganancias.
En 1487, los portugueses llegaron al Cabo de Buena Esperanza[29],
por el que se podía acceder a Oriente bordeando la costa este del África hacia
el océano Indico. El establecimiento de esta nueva ruta comercial fue
importante para Portugal dado que, al ser el primer país que llegaba a estos
territorios, tenían ventaja sobre sus competidores europeos en la exploración y
el establecimiento de tratados y pactos
comerciales con las poblaciones nativas de las zonas contactadas. Esta
nueva ruta descubierta evitaba la intermediación de los comerciantes otomanos.
En 1497, una nueva expedición al mando del
marino portugués Vasco da Gama llegó
dos años después a Calicut[30],
India, uno de los principales centros del comercio de especias, que eran muy
apreciadas en Europa ya que se utilizaban para la conservación de alimentos.
Desde ese momento, se fueron asentando
pequeñas colonias portuguesas en
Oriente. En uno de esos viajes, hacia el año 1500, Pedro Álvares Cabral, descendiendo hacia el sur de África, realizó
una maniobra muy amplia hacia el oeste y llegó, por casualidad, a las costas
del Brasil, sobre un territorio que
llamó Vera Cruz. La expansión se consolidó de dos maneras distintas. Cuando los
portugueses se encontraban con una sociedad organizada que contaba con un poder
central, intentaba establecer alianzas comerciales con las personas influyentes
y poderosas; sin embargo, cuando se encontraban con una sociedad débil y
consideraban que era posible disolver los poderes existentes, los funcionarios
portugueses se apoderaban de los nuevos territorios y los administraban a su
antojo y conveniencia.
Actividad:
1)- Describa el contexto y las dificultades comerciales
entre Occidente (Europa) y Oriente producto de la expansión del Islam.
2)- ¿Qué causas provocaron la expansión ultramarina
europea?
3)- ¿Por qué
españoles y portugueses fueron los primeros en lanzarse a la exploración
ultramarina?
4)- ¿Cuál era el
carácter que representaba, para los católicos, la conquista del mundo para como
continuidad de la expulsión de los árabes de la península ibérica? ¿en qué
contexto y cuando se refuerza esta idea?
5)- ¿Por qué
Portugal debió iniciar su expansión por vía marítima y qué estrategia adoptó?
6)- ¿Cuál fue el
papel del imperio Otomano en la relación comercial entre Occidente (Europa) y
Oriente y en que afectó al comercio occidental?
7)- ¿Qué diferentes
consecuencias produjo en beneficio de Portugal, el haber llegado a Calicut en
1497?
8)- ¿Cuándo y cómo
llegan los portugueses al actual Brasil y que métodos de expansión
establecieron con las sociedades halladas?
Trabajo Práctico
Nº 20 de Historia y Geografía del 2do Ciclo
Tema: El descubrimiento de América.
La España del descubrimiento
Durante la Edad Media,
la península hispánica estuvo dividida en varios reinos, independientes entre
sí. A fines del siglo XV una alianza matrimonial entre Isabel de Castilla y
Fernando de Aragón posibilitó la unión de casi toda España, a excepción del
reino de Granada, que estaban ocupados por los moros, y de Navarra.
En el siglo XV, la lucha contra los musulmanes fortificados en la zona
de Granada, su último reducto luego de una ocupación de ocho siglos.
Desde 1474, los dos reinos principales
aparecen unidos por el matrimonio de Isabel -que asumió el trono de Castilla- y
Fernando, rey de Aragón, que tenía como posesiones las islas Baleares, Cerdeña
y Sicilia y mantenía buenas relaciones con Génova y Nápoles. La flamante
monarquía unificada por el matrimonio, se había propuesto convertir a España en
un Estado moderno. Con la economía básicamente campesina, era la más atrasada
de las potencias europeas y parte de su territorio aún estaba en poder de los
musulmanes. Además, atravesaba una grave crisis económica y mantenía una
disputa con Francia por la posesión del reino de Nápoles, en Italia. La tierra
estaba concentrada en manos de la nobleza y eran recurrentes las hambrunas y
las epidemias. Las ciudades españolas apenas participaban en las redes
mercantiles europeas, excepto por la exportación de lana a Flandes.
En suma, en 1490, España requería una
fuente de riqueza adicional, que le permitiera superar la crisis. La expansión
ultramarina portuguesa y la explotación de las riquezas africanas eran, para
los Reyes Católicos, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, un modelo para
imitar.
En 1492, tras la toma de Granada y libres
del problema musulmán, pudieron lanzarse a nuevas empresas. Durante ese reinado
se iniciaron los viajes transatlánticos, que terminaron en la conquista de
continente americano.
Las motivaciones personales de la reina Isabel de
Castilla y de Colón
El proyecto de Colón se basaba en un cálculo erróneo del tamaño de la Tierra y, por consiguiente,
de la distancia entre las Indias y Europa. Por eso, el viaje que Colón había
imaginado era mucho más corto y posible de lo que se pensaba entonces, y así lo
presentó a la reina Isabel de Castilla. Por otro lado, los reyes españoles
tenían sus propios intereses para probar una ruta a las Indias por el oeste:
los portugueses los habían aventajado en la exploración de África y un tratado
firmado en 1479 prohibía a España emprender exploraciones en esa dirección[31].
Por su parte, Colón presentó su proyecto[32]
de navegar hacia el oeste ante los reyes españoles en 1486. Por llegar a las
Indias Orientales exigía ser nombrado virrey,
gobernador y adelantado de las tierras descubiertas, y almirante del Mar Océano, un título casi nobiliario. Además, pedía,
a perpetuidad. El 10% de todas las
riquezas que llegaran por la ruta que él descubriera. Sus objetivos
personales eran obtener riquezas, ascender socialmente y disponer de un título
que sustentara su nueva posición.
Colón persistió en este objetivo aún
después de los cuatro viajes realizados a América. Según el historiador
Ruggiero Romano, “toda su vida siguiente
se esterilizará en dos ideas (…): por un lado, la búsqueda de las Indias y de Cipango (Japón); por el otro, el deseo
de que el acuerdo estipulado por los soberanos de España (…) sea respetado y
cumplido al pie de la letra”.
Los primeros asentamientos
Después del exitoso viaje de Vasco da
Gama, los portugueses lograron dominar la navegación por el océano Índico y
monopolizaron el comercio de los productos orientales. Los españoles habían
quedado en desventaja. Por su parte, siete años antes del viaje de Vasco da
Gama; el navegante genovés Cristóbal
Colón pensaba que una nueva ruta hacia Oriente se podría encontrar
navegando desde Europa hacia el oeste. Con esta idea firme, consiguió a fuerza
de insistencia, el apoyo de los Reyes
Católicos.
Colón reunió cien tripulantes y, al mando
de una nao y dos carabelas, zarpó del puerto de Palos el 3 de agosto de 1492.
Navegó por más de dos meses hacia el oeste sin divisar tierra firme. Cuando su
tripulación, mermada por la muerte y las enfermedades, alcanzaba el extremo de
la desesperación, el 12 de octubre las naves llegaron a territorio americano,
aunque Colón nunca lo supo. Cuando murió en 1506, después de realizar cuatro
viajes a América, aún creía que había llegado a China[33].
En 1496 los españoles fundaron la ciudad
de Santo Domingo. Desde allí
comenzaron las expediciones hacia otras
islas centroamericanas, en las que dominaron a las poblaciones nativas y
fundaron varias ciudades. Posteriormente, los españoles emprendieron expediciones por el continente para
buscar oro e indígenas que pudieran extraerlo de las minas.
Los conquistadores pronto aprendieron que
el mejor método para conquistar las poblaciones nativas era entablar
negociaciones con los jefes de estas sociedades, los caciques o curacas. En
muchas ocasiones, las poblaciones indígenas mantenían conflictos con otras o estaban
sometidas a poderes más grandes, y los caciques se aliaban a los españoles. De
este modo, esperaban hacer frente a sus adversarios o a sus dominadores; sin
embargo, los españoles no solían cumplir con los términos de tales acuerdos.
Esta estrategia fue aprovechada durante toda la conquista de América.
La llegada de los españoles a América
Mientras los incas y los aztecas expandían sus imperios en América, los
europeos exploraban nuevas tierras con objetivos económicos, políticos e
incluso religiosos. A fines del siglo XV (quince), los españoles llegaron a
América e iniciaron una conquista militar y una dominación política que duró
siglos.
El
Tratado de Tordesillas
Durante el siglo XV (quince), los
portugueses fueron expertos navegantes. En 1456, el Papa Calixto III concedió a
Portugal la propiedad de los nuevos territorios que se descubrieran. De acuerdo
con esta medida, España al lanzarse, también, a la exploración de ultramar
actuaba de forma ilegítima, ya que todos los territorios descubiertos por los
españoles y los asentamientos en America Central (a partir de 1492), deberían
supuestamente pertenecer a Portugal. Los españoles, disgustados, presionaron al
Papado para que revisara esa orden, y consiguieron que se firmara una nueva disposición.
En 1494, el Tratado de Tordesillas,
avalado por el papa Alejandro VI,
concedió a España los territorios situados a partir de las 370 leguas -unos
2000 kilómetros- al oeste de las islas de Cabo Verde, y a Portugal aquellos que
se encontrasen al este de esa línea imaginaria.
La línea imaginaria presentaba serias
dificultades para ser demarcada, no se especificaba la línea en grados de
meridiano ni identificaba, puntualmente, la isla desde la que debían contarse
las 370 leguas, ni tampoco la longitud definitiva de la legua. El tratado
declaraba que esas cuestiones serían establecidas por una expedición conjunta
entre ambos reinos que nunca se llevó a cabo. A esto debemos sumar la
dificultad del desconocimiento del tamaño del planeta, que tornaba más
imprecisa la ubicación de dichos puntos de referencia.
En el aspecto diplomático, este tratado
suponía que por orden de la
Iglesia, los únicos países que tenían derecho a explorar y
conquistar el continente americano eran España y Portugal, países con
monarquías cuya fidelidad a la
Iglesia era inobjetable. La justificación de esta medida era
que los reyes de ambos reinos se comprometían a expandir la religión Católica
en las nuevas tierras adquiridas. Los monarcas de Francia e Inglaterra decidieron
que ellos también emprenderían expediciones al Nuevo Mundo, de este modo
comenzaron los viajes de exploración hacia América del Norte, sin tener en
cuenta lo que había establecido el Papa.
Partiendo desde las islas del Caribe, los
españoles ocuparon América Central. Luego, siguieron su marcha hacia el norte y
conquistaron México. Hacia el sur, la conquista se centró en la región andina,
desde los territorios actuales de Venezuela, Colombia y Perú -centro del
imperio inca- hasta Chile y la Argentina.
Por su parte, los portugueses concentraron sus asentamientos
en el actual Brasil, especialmente en las costas, donde fundaron las
principales ciudades. Sin embargo, la búsqueda de metales preciosos y diamantes
los llevó a aventurarse tierra adentro, aprovechando a su favor, las
imprecisiones en la demarcación definitiva de la línea imaginaria que
establecía el Tratado.
Vasco Núñez de Balboa: descubrimiento del mar del Sur
Vasco Núñez de
Balboa se dispuso a confirmar las insistentes
versiones indígenas que hablaban de “la existencia
de un gran mar al otro lado de las montañas”. En septiembre de 1513 saló de
la región de Darién[34]
al frente de 190 hombres y un millar de indígenas.
Luego de 25 días de marcha, en los cuales
debió atravesar regiones selváticas, vencer tribus hostiles y ascender las
cumbres de la cordillera, Balboa alcanzó su objetivo: desde la cima pudo
observar el océano Pacífico. Inició luego el descenso hacia sus costas hasta
internarse en las aguas a las que llamó mar del Sur. A partir de entonces, se
tuvo la confirmación absoluta de que “las Indias” integraban un nuevo
continente.
El nombre de “América”: una injusticia histórica
El nombre de América impuesto a nuestro
continente no inmortaliza a su descubridor, Cristóbal Colón, sino que hace
referencia a un marino florentino. Este navegante realizó dos viajes al Nuevo
Mundo: uno al servicio de España y otro a las órdenes de Portugal. Uno de sus
trabajos cartográficos fue traducido con el nombre de Mundus Novus (1507), éste incluía un mapa del cartógrafo alemán
Waldseemüller donde se recogían sus relatos, este navegante florentino llamado
Américo Vespucio (o Amerigo Vespucci, o
Americus Vesputius), afirmaba que los descubrimientos hechos tras 1492 no eran
tierras asiáticas sino un nuevo continente. En ese mapa de 1507 las nuevas
tierras aparecen denominadas como América
en su honor. De esta manera quedó claramente expuesto que existía una masa
continental distinta de Asia. Posteriormente un grupo de geógrafos alemanes
publicó la geografía de Ptolomeo seguida de las noticias de Vespucio, en el
cual, por primera vez, se hacía referencia a una raza americana. Así, el uso
consagraría el nombre de América[35],
aunque España prefirió denominar a sus tierras Indias Orientales.
Actividad:
1)- ¿Cómo se
relacionan la unificación de las coronas de Castilla y Aragón, la expulsión
musulmana de la península ibérica y la crisis de la economía española en torno
al modelo expansionista portugués?
2)- Explique brevemente los proyectos expansionistas de Portugal y España.
3)- ¿Qué
motivaciones tenían la Reina Isabel
de Castilla y Cristóbal Colón, respecto a explorar una ruta hacia las Indias
por el Oeste?
5)- ¿Qué partes
intervinieron en el Tratado de Tordesillas y qué disponía el mismo?
6)- ¿Fue efectiva
la aplicación del Tratado de Tordesillas? ¿Por qué?
7)- ¿Qué suponía en
el aspecto diplomático, este tratado y cuál era el compromiso de los reinos
ibéricos?
8)- ¿Cuál fue la
actitud de países como Francia e Inglaterra ante lo dispuesto por el Papa?
9)- ¿Qué europeo
descubre el océano Pacífico, en qué región de América, cómo se lo llamaba y que
afirmación contribuyó a confirmar la existencia de dicho océano?
10)- ¿Por qué se
dice que el nombre del continente, “América”; forma parte de una injusticia
histórica?
[1]Burguesía: Grupo o clase de carácter urbano (su
denominación proviene de “burgo”: ciudad), surgió en Europa en la
Baja Edad Media, dedicada a actividades no
agrarias y que supuso un elemento distorsionador del esquema estamental formado
por nobles, clérigos y campesinos (principalmente, siervos). Constituido
originariamente por mercaderes, grandes maestros artesanos y profesionales
(médicos, abogados y notarios) y, más tarde, por propietarios acomodados de
establecimientos industriales, banqueros y comerciantes. Su posterior
consolidación y desarrollo se vincula directamente con la evolución del
capitalismo moderno, hasta conseguir imponerse en el terreno político tras la Revolución Francesa y el triunfo de los sistemas liberales en el
siglo XIX (diecinueve).
[2] Elite: sinónimo de minoría rectora. Grupo minoritario dentro de una
sociedad, que posee ciertos privilegios por sobre los demás. Para algunos
sociólogos, la acción social viene explicada por la pugna entre estas minorías
y las masas.
[3] Proceso encabezado principalmente por España, Francia, e Inglaterra.
[4] Estado:
Es un conjunto de instituciones del orden político que tienen soberanía o
jurisdicción sobre un determinado territorio en el que vive cierta población.
La idea de Estado fue acuñada por el político e historiador Nicolás Maquiavelo
(1469-1527), que propuso la unificación de las ciudades italianas a partir de
un poder coactivo del príncipe.
[5] Homogénea: Que tiene una
composición uniforme, es de un mismo género o posee elementos iguales.
[6] Italia, por ejemplo, contaba con numerosas ciudades que sobrepasaban
el poder de un rey. Por eso su unificación no fue posible hasta 1861, y aún hoy
pueden verse las marcadas diferencias políticas internas.
[7] Durante el siglo XVII (diecisiete) surgió la teoría acerca de que el
soberano deriva su derecho a gobernar de la voluntad de Dios, y no de ninguna autoridad
temporal, ni siquiera de la voluntad de sus súbditos ni de ningún estamento o
grupo social. Elegido por Dios, un monarca sólo es responsable ante él, y sólo
debe responder por sus acciones ante Dios.; a esta argumentación se la llamó, Teoría del Derecho Divino.
[8] Monarquía parlamentaria: en
ella el rey está sujeto en su actuación al Parlamento., que es la expresión de
la soberanía y fuente del poder. La revolución inglesa (siglo XVII -
diecisiete-) consagró el primer ejemplo de de este tipo monarquía.
[9] Cátaros: Herejía extendida
desde mediados del siglo XII (doce), sobre todo por el sur de Francia, dónde se
los denominaba albigenses. Pretendían una pureza absoluta de costumbres,
negaban que se perdonara los pecados a los que se arrepentían; declaraban
adúlteras a las viudas que volvían a casarse, se proclamaban más puros que los
demás y llegaron a contar con una
auténtica organización eclesiástica.
[10] Herejía: Proviene del verbo
griego Aíresis, elegir, optar. Los
autores latinos han propuesto innumerables etimologías. En su primitiva
acepción, el concepto herejía no tenía nada infamante: eran herejes los que
simplemente reivindicaban una escuela filosófica. Empero, desde que se impuso en el Bajo
Imperio la interpretación de la Iglesia
Católica, el concepto pasó a asimilarse a error, a quienes
creen o enseñan cosas contrarias a la fe de Cristo y de su Iglesia.
[11] Federico II, emperador del Sacro Imperio.
[12]Manual de Inquisidores: Se trataba del "Directorium Inquisitorum", un tratado donde
se recopiló las leyes y normas esenciales para realizar correctamente la labor
del inquisidor y que llegó a ser la obra más utilizada por todos los
inquisidores posteriores. En él desgrana tanto la naturaleza y la razón de ser
de la fe cristiana así como la perversión que radicaba en toda herejía,
presunta o verdadera, al sustentarse contra la verdad y la recta doctrina, y
especialmente aborda la práctica inquisitorial: quién puede remover a un
inquisidor de su oficio, si expira su potestad una vez que fallece el Papa, si
cabe proceder contra los reyes, si se debe juzgar por herejía a los ya muertos,
si el inquisidor tiene derecho a disponer de tropa armada, qué hacer en caso de
disconformidad del obispo del lugar, e incluso trata sobre las cárceles, los
testigos, los interrogatorios, los tormentos, etc.
[13] Moro: Se trata de un
término que históricamente se ha utilizado en España para designar a los musulmanes;
en tanto que morisco (palabra que deriva de moro) fueron denominados los
musulmanes españoles bautizados tras la pragmática de los Reyes Católicos del 14
de febrero de 1502.
[14] salvo, naturalmente, los herejes.
[15] Efigie: Imagen,
representación de una persona.
[16] Investigaciones recientes demuestran que de un total de 44.647
procesos, entre 1540 y 1700, solamente 826 personas (el 1,8% recibieron pena de
muerte). Por los tribunales hispanoamericanos de un total de 2.825 procesos,
unos 50 fueron condenados a muerte, es decir, 1,76%.
[17] Para algunos, las
prácticas jurídicas tendientes a contener la herejía deben valorarse
simplemente como signos de otros tiempos en los que la crueldad y la violencia
se encontraban institucionalizadas, incluso en el derecho común. A esta postura
revisionista no le parece razonable exigir al Santo Oficio el respeto de
recaudos y garantías que la humanidad tardó en descubrir hasta la general
aceptación del pensamiento de la
Ilustración, es decir, prácticamente a partir del siglo XIX
(diecinueve). Desde otro punto de vista, historiadores acerca de la Inquisición, como el
británico Arthur Stanley Turberville,
sostiene que “no es que el Santo Oficio
fuese peor que los tribunales seculares, sino que hubiese podido ser mejor. Es
una horrible incongruencia que semejante sistema haya sido aplicado por
ministros de Cristo y en Su nombre”. En esta línea de pensamiento y a
partir de una actitud autocrítica, el Papa Juan Pablo II pidió perdón - entre
otras faltas de la Iglesia-
por los excesos y torturas de la
Inquisición, en su documento “Memoria y reconciliación”, del
12 de enero de 2000.
[18] Escolástica: Perteneciente
o relativo a las escuelas medievales o a quienes estudiaban en ellas. Filosofía de la Edad Media, cristiana,
arábiga y judaica, en la que domina la enseñanza de las doctrinas de
Aristóteles, concertada con las respectivas doctrinas religiosas.
[19] Los humanistas italianos se volcaron a su estudio y contaron con el
decisivo apoyo de grandes señores - denominados luego mecenas-, de ricos burgueses y de los Papas romanos, que,
impregnados del espíritu de la época llevaron a muchos de esos estudiosos, de
Florencia y Venecia, a Roma.
[20] Por ejemplo: la culebrina de
mano, se trataba de un cañón de poco calibre, portátil y el arcabuz, antecesor del fusil.
[21] No puede afirmarse con certeza si fueron los chinos o los árabes los
primeros que conocieron la propiedad que tiene la aguja imantada de señalar la
aproximación al Polo Norte, cuando se mueve libremente.
[22] Calado: Profundidad
que alcanza en el agua la parte sumergida de un barco.
[23] Portulanos: Colección de
planos de varios puertos, encuadernada en forma de atlas.
[24] Marco Polo fue un mercader y explorador veneciano que viajó al Oriente
en el siglo XIV (catorce), permaneciendo largo tiempo al servicio del emperador
de China. Cuando regresó a Italia, escribió un libreo sobre sus experiencias en
estos territorios. Hasta que se concretaron los viajes portugueses, los
escritos de Marco Polo fueron la única fuente de información sobre el Lejano
Oriente.
[25] Países del denominado Lejano Oriente como India, China, Japón y la Malasia, tenían fama, ya
en la Edad Media,
de ser inmensamente ricos, no solo por sus especias, también se decía que en
ellos abundaba el oro, la plata, el marfil, la seda y la porcelana.
[26] Generalmente se trataba de comerciantes y/o marinos genoveses o
venecianos que compraban mercaderías para llevarlas a puertos europeos,
principalmente Lisboa (Portugal) y Amberes (Países Bajos españoles -hoy
Bélgica-) desde dónde se distribuían por el resto de Europa, con gran recargo
de precio.
[27] Hasta la segunda mitad del siglo XVI (dieciséis), solo llegaba de
regreso a Portugal la mitad de los barcos que partían con fines comerciales. El
poderío de los turcos indica que los europeos
no siempre lograron el dominio de los nuevos territorios sobre los que
querían expandirse. En muchas oportunidades debieron contentarse con establecer
alianzas diplomáticas y comerciales
[28] Más precisamente como una de las consecuencias directas de la Primera Gurra Mundial.
[29] Con la expedición al mando de Bartolomeu Días.
[30] Actual Kozhikode, en la
India.
[31] Colón no fue el primero en proponer que se podía llegar a las Indias
navegando hacia el oeste. En 1459, el matemático Paolo Toscanelli había presentado al rey Alfonso V (quinto) de
Portugal un proyecto similar al suyo. Portugal no aceptó viajar hacia el oeste
ni internarse en el mar desconocido, por tres motivos: la falta de tecnología
adecuada hacía mucho más prudente navegar a la par de la línea de costa; las
distancias calculadas entre las Indias y Occidente eran inmensas, lo que
impedían un abastecimiento de provisiones suficientes para tal travesía; hacia
1470, Portugal dominaba todo el litoral atlántico africano y el rey creía que
pronto hallarían, en la misma dirección, la nueva ruta hacia Oriente.
[32] Los términos de este contrato entre la Corona Española y
Colón pasarían a constar en las llamadas “Capitulaciones
de Santa Fé”
[33] Morirá en Valladolid en 1506 sin haber conseguido su objetivo,
desposeído de sus cargos y sin saber que había descubierto para los europeos el
“Nuevo Mundo”, convencido de haber encontrado una nueva vía marítima que
comunicara con la India.
[34] Darién es una provincia de la República de Panamá. Está ubicada en el extremo
oriental del país y limita al norte con la Provincia de Panamá y la Comarca de Kuna Yala. Al
sur limita con el Océano Pacífico y la República de Colombia. Al este limita con la República de Colombia, y al oeste limita con el
Océano Pacífico y la
Provincia de Panamá.
[35] el nuevo nombre se hizo pronto muy popular en el resto de los países
europeos.
estuvo genial
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarme ayudo con mi trabajo saludos génesis
ResponderEliminar